Índice – Cultura – Resulta que el Papa producido tiene antepasados ​​húngaros

El influyente productor musical Rick Rubin cree que si no podemos encontrar una solución a un problema creativo, debemos intentar prestar más atención a las señales de nuestro entorno. Como dijo, no se deshizo de su apéndice porque cuando tenía que tomar una decisión, abrió un libro y la primera oración que vio le dio la respuesta. En el proceso creativo, ilustró este método con el ejemplo de que cuando estaba trabajando en el último álbum de Kesha, sintió que había demasiados sonidos en la música, y la redujo tanto que solo obtuvo 2 o 3 sonidos de él. 90 pistas. Pero así se veían listas las pistas, – dijo el productor para RTL en su entrevista.

Como él dijo, desde que escuchaba a los Beatles cuando era niño, esta influencia también atravesó a Run DMC y los Beastie Boys cuando trabajaron juntos. En su opinión, la música más emocionante e interesante la hacen aquellos que se han educado en un tipo de música completamente diferente a la que tocan. Rubin también habló sobre el hecho de que aunque todavía no había estado en Hungría, porque todavía no estaba muy interesado en sus raíces, tres de sus cuatro bisabuelos también eran húngaros.

Había trabajado con Johnny Cash durante diez años, quien no estaba escribiendo mucho sus canciones en ese momento, por lo que buscó números para cantarle. Así es como encontré Nine Inch Nails Dañar Su canción, que se convirtió en una de las canciones más famosas del difunto artista. Dado que la melodía o los instrumentos musicales se podían cambiar libremente, principalmente miró las palabras para encontrar las que encajarían.

Si salen de la boca de Johnny Cash, eso es igual a un estómago.

Miró la historia de la música por género, y así fue como llegó allí. puente sobre aguas turbulentasa y un issa personalmentellegar a

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Respecto a la letra y la corrección política, el productor dijo que “las mejores canciones se hacen cuando el músico es totalmente libre y fiel a sí mismo”. De lo contrario, no tiene sentido. Este no es un trabajo científico, sino una expresión de uno mismo, y no existe el bien o el mal.

Según admite el propio Robin, no sabe mucho de música y lo que aporta al proceso de trabajo son sus ideas y su enfoque. Como él dice, sus habilidades con la guitarra están «en un nivel de punk rock» y tampoco sabe mucho sobre tecnología, incluso configurar un chat de Zoom lo metió en problemas.

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