Sindrome de la pierna inquieta

Según estimaciones, el problema afecta al menos al 10 por ciento de la población adulta. ¿Pero qué se puede hacer al respecto?

El problema que se presenta con frecuencia en las mujeres no es un trastorno del sueño que pueda identificarse y tratarse fácilmente, porque no es tan notorio como los ronquidos, por ejemplo. Las propias personas con síndrome de piernas inquietas tienen dificultades para describir la extraña sensación de hormigueo que aparece en sus piernas al acostarse o dormir. Muchas personas ni siquiera se dan cuenta de que detrás de estas molestias puede haber una enfermedad.

¿El síndrome de piernas inquietas detrás del trastorno del sueño?

El síntoma más característico es una sensación extraña y desagradable en las extremidades, más frecuentemente en las piernas, en reposo, que desaparece al mover la extremidad. La aparición de síntomas indica fluctuación diaria. Los síntomas no suelen aparecer por la mañana, sino que aparecen cada vez con más frecuencia durante el día y se vuelven más graves en las horas de la tarde y la noche.

Dado que el paciente no puede sentarse ni acostarse quieto, incluso el descanso nocturno, como mirar televisión, puede fracasar. Una queja común y característica es la dificultad para dormir, cuando el afectado da vueltas y «no encuentra su lugar». En el síndrome de piernas inquietas, la estructura del sueño también se daña, la cantidad de sueño fisiológico profundo se reduce y, tarde o temprano, el trastorno del sueño se vuelve permanente.

Esto provoca fatiga diurna, somnolencia, disminución del rendimiento diario, trastornos de la atención y la memoria y disminución de la capacidad de concentración. Si el problema también se produce durante el día, puede provocar un estrés especialmente intenso, ya que estos pacientes no pueden permanecer sentados durante largos periodos de tiempo.

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La consecuencia de esto puede ser, por ejemplo, no hacerlo. Viajes largos, especialmente no en avión, que pueden limitar su trabajo. Para detectarlo y tratarlo lo más rápido posible, siempre se recomienda acudir a un neurólogo o especialista en sueño (especialista en sueño), ya que eliminando los síntomas se puede conseguir una mejora significativa en la calidad de vida.

¿A quién afecta el síndrome de piernas inquietas?

Dado que aún no se conoce la causa exacta del síndrome de piernas inquietas y su mecanismo de aparición, sólo es posible nombrar algunos factores que aumentan su frecuencia a través de observaciones y experiencia.

  • Parte de la enfermedad es de origen genético, se transmite de generación en generación y la acumulación familiar es común.
  • En las mujeres puede aparecer durante el embarazo y suele desaparecer tras el parto.
  • A menudo se asocia con anemia por deficiencia de hierro y su tratamiento alivia los síntomas.
  • Las enfermedades renales, la enfermedad de Parkinson, la diabetes y las enfermedades reumáticas también pueden estar detrás del síndrome secundario.

La solución al síndrome de piernas inquietas es el tratamiento basado en un diagnóstico certero

El primer paso para eliminar el síndrome y el trastorno del sueño es realizar un diagnóstico preciso. El diagnóstico a menudo se puede realizar basándose en un interrogatorio cuidadoso de las quejas del paciente, el conocimiento de las enfermedades concomitantes y un examen físico, pero a menudo es necesario un examen de laboratorio del sueño, a través del cual podemos registrar las desviaciones que ocurren durante el sueño, que son características de la enfermedad. – explica el doctor. Zuzana Vida, neuróloga jefe del Centro Gualvas, especialista en sueño.

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Si se trata de una forma secundaria, es necesario tratar la enfermedad subyacente. Si se puede detectar, se debe eliminar la deficiencia de hierro, controlar la diabetes y recomendar el abandono del tabaco, el alcohol y los estimulantes. El ejercicio regular también puede contribuir a reducir el problema y hacer que el sueño sea más equilibrado.

Si los cambios en el estilo de vida y el tratamiento de las enfermedades subyacentes no eliminan las molestias, se requiere un tratamiento farmacológico especial. Prescribirlo y controlar periódicamente la evolución de la enfermedad también es tarea del neurólogo y del especialista en sueño.

fuente: guia de salud

Imagen de apertura: ilustración, fuente: Pixabay

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