Utilizando el mapeo de interferencia de ARN en el Laboratorio Cold Spring Harbor (CSHL), se ha revelado el trasfondo genético de la conquista global del maíz. El maíz es uno de los cultivos más producidos en el mundo, junto con el trigo, el arroz y la caña de azúcar.
Hace unos 9.000 años, los humanos comenzaron a cultivar el ancestro del maíz, el teosinte, en las tierras bajas a lo largo del Golfo de México. Según la nueva investigación, el punto de inflexión se produjo 5.000 años después, cuando el ancestro del maíz se hibridó con el teosinte mexicana, originario de la meseta mexicana a una altitud de entre 1.000 y 2.500 metros. El maíz resultante ahora pudo tolerar bien el frío y pudo conquistar grandes áreas del continente. Los investigadores no sólo descubrieron el momento clave en la reproducción de las plantas, sino que también descubrieron que el eslabón perdido era en realidad un truco genético.
átomo primitivo
El papel del teosinte mexicana es muy similar al papel que jugaron en la evolución humana los neandertales que se adaptaron a climas fríos. Sin embargo, a diferencia de los neandertales, el maíz de montaña también tenía un truco para favorecer la reproducción.
Jerry Kermichael, investigador de la Universidad de Wisconsin, se acercó al profesor de CSHL Rob Martinsen con el problema de que los hidruros de teosinte se comportan de manera muy extraña durante la hibridación y producen regularmente cultivos estériles sin semillas.
Al analizar los cromosomas heredados de plantas cruzadas, descubrieron A Campaña de polen de teocintle(TPD), cuyo objetivo es excluir a los polinizadores competidores.
La planta lo garantiza envenenando sus células reproductoras, pero sólo el polen del híbrido teosinte-maíz porta los genes de la toxina y el antídoto. De esta forma, debido al envenenamiento, no quedarán semillas viables provenientes de polen no autorizado. En el caso del maíz, estaba respaldado no sólo por características favorables sino también por un bloqueo genético, y no desapareció en la jungla de la historia, porque podía cultivarse en su versión domesticada e inalterada.
Según los investigadores, el descubrimiento del mecanismo TPD es un logro que podría ser de gran beneficio para la agricultura, por ejemplo en la lucha contra las malas hierbas.
(Laboratorio de Cold Spring Harbor)