Aunque el Rennes lo está haciendo bien en la Ligue 1, ocupa el cuarto lugar en la tabla, razón por la cual no hay mucho interés en el partido del domingo por la noche contra el líder Paris Saint-Germain. El público siente curiosidad por el equipo de estrellas de París, incluida la línea de ataque, en la que Kylian Mbappé y Lionel Messi juegan juntos por primera vez después de la Copa del Mundo. Algunos tabloides afirman que se convirtieron en enemigos el mes pasado, por lo que se trata más de lo que podrán hacer uno al lado del otro.
Por supuesto, esta especulación ha persistido desde que el siete veces ganador del Balón de Oro de Argentina firmó un contrato en la capital francesa, complementado con el hecho de que Neymar también está presente como tercer jugador, y el ego del brasileño no es menor. Hacer felices a estos tres al mismo tiempo no es tarea fácil para el club y el actual entrenador, esto ya se hizo evidente en septiembre de 2021, cuando Mbappé y Neymar tuvieron una gran batalla en el campo por un mal pase. El prodigio del delantero francés dijo que eso es normal, y que las grandes ganas de ganar provocan grandes sentimientos, y negó que haya algo más detrás de esto.
Sin embargo, en la temporada de otoño del actual torneo, todo parecía haber terminado, los tres equipos de talla mundial comenzaron a trabajar juntos, el PSG se mantuvo invicto en el torneo por mucho tiempo, y en la Champions League llegó a la etapa eliminatoria sin cualquier problema Los tres gigantes celebraron los goles juntos, desinteresadamente y con júbilo, y su actividad en las redes sociales también sugiere una amistad sin adulterar. Pero luego siguió la Copa del Mundo, y en la final Mbappé anotó un hat-trick, pero se vio obligado a mirar Messi celebró y ascendió al trono del mundo. Además, los argentinos se rieron de elCosa que Messi aguantó sin decir una palabra, y según muchos, esto le ardió la mecha al francés.
Cuando el argentino regresó a París, fue recibido por una guardia de honor en el campo de entrenamiento, sus compañeros sonrieron y aplaudieron, pero Mbappé no estaba. Regresó al París Saint-Germain apenas 72 horas después de perder la final e inmediatamente marcó un penalti con el que los parisinos ganaron su primer trofeo tras el Mundial. Pero tras el partido no se habló del gol del triunfo, y en cambio, se preguntó por su relación con Messi. No en vano, Mbappé disipó cualquier especulación, pero lo hizo con una expresión en el rostro como si le diera vergüenza responder a estas preguntas. Jugó un partido más, en el que no era más que una sombra de sí mismo, y su equipo sufrió su primera derrota liguera.
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