Más de 350 personas se lanzaron al mar en Marruecos el miércoles por la noche e intentaron cruzar hacia Ceuta, de propiedad española. La mayoría de ellos fueron detenidos por la gendarmería marroquí, pero 12 adultos argelinos y cuatro menores lograron cruzar la frontera y finalmente fueron detenidos por las autoridades españolas antes de que el intento de cruzar terminara en tragedia.
La segunda semana de presión de desplazamiento no fue fácil para el enclave. Aprovechando el clima húmedo, los africanos intentan cruzar la frontera nadando en pequeños o grandes grupos prácticamente todas las noches. El centro de acogida de Ceuta cuenta actualmente con 750 personas, casi el 50 por ciento de su capacidad.
La situación de los menores no acompañados es aún más preocupante porque la ciudad ya atiende a cuatrocientas personas, superando la capacidad del centro en un 360 por ciento. Seiscientos niños inmigrantes han acudido a ellos a lo largo del año, 163 niños inmigrantes sólo en agosto, lo que se considera sin precedentes.
El presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas, del Partido Popular (PP), alertó al Gobierno central de una dramática situación migratoria en la ciudad y después solicitó urgentemente la declaración de emergencia humanitaria.
En febrero, el gobierno de la ciudad autónoma y el Ministerio del Interior adoptaron un plan de emergencia para reducir el número de inmigrantes menores de edad, cuyo objetivo era reubicar a 87 niños en otras zonas. Sin embargo, hasta el momento sólo 17 de ellos han sido transportados a la península. Ahora se dice que la coalición de gobierno socialista liderada por Pedro Sánchez está trabajando para acelerar estas transferencias.
Mientras tanto, sigue llegando gente de Canarias porque el sistema de acogida no tiene capacidad para más personas. Más recientemente, más de trescientos africanos llegaron a Madrid en un vuelo de Air Europa, y luego cerca de doscientos fueron reubicados en un pequeño asentamiento en Monderís-Balnerio, Galicia. Los vecinos dijeron a Gaceta que su llegada había trastocado significativamente sus vidas, «provocando alarma social» y que aún no estaban seguros de su futuro.
El pueblo tiene sólo 700 habitantes y ahora está trabajando para integrar a 180 hombres en edad militar de Malí porque se consideran un pueblo solidario, afirmó el municipio.
Mientras tanto, el gobierno español anunció que después de las vacaciones del primer ministro en agosto, visitaría Senegal, Mauritania y Gambia la próxima semana para reunirse con líderes allí e intentar encontrar soluciones a la presión migratoria que afecta principalmente a las Islas Canarias y Ceuta.
Según las últimas cifras del Ministerio del Interior del país del sur de Europa, de enero al 15 de agosto llegaron a España más de 31.000 inmigrantes ilegales, mientras que en el mismo periodo del año pasado se contabilizaron 18.745, por lo que el incremento es de más del 66 por ciento. Las autoridades esperan que este año se superen todos los récords migratorios establecidos durante la crisis de 2006.
Imagen de portada: Migrantes llegados a Canarias (Foto: AFP)
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