Las cadenas de confianza hacen que hacer negocios con cualquier persona sea más barato, fácil y seguro en cualquier lugar y en cualquier momento.
El próximo gran paso en el comercio global es el surgimiento de plataformas digitales de “cadena de confianza”. Todos los países están creando estas plataformas para que las empresas puedan realizar transacciones de forma segura y sin problemas desde cualquier lugar del planeta. Estas plataformas, que combinan acuerdos legales abiertos aliados (como acuerdos legales de Visa o Mastercard), tecnología de contabilidad pública distribuida (como una cadena de bloques hiperledger) y cifrado de extremo a extremo. Alex Pentland, profesor del MIT, escribió en un artículo en el IEEE Spectrum que podían manejar no solo los salarios, sino también las finanzas, el comercio, los impuestos y la auditoría de manera unificada.
Un ejemplo bien documentado es el proyecto Ubin de Singapur, patrocinado por la autoridad monetaria del país y el fondo soberano de inversión Temasek, que ahora se ha introducido después de cinco años de pruebas y desarrollo. China ha establecido sistemas similares que ya se han introducido ampliamente pero que están menos documentados. Otro ejemplo es la Swiss Trust Chain, que el Instituto de Tecnología de Massachusetts ayudó a crear. Esta plataforma ya está en funcionamiento, pero sus aplicaciones comerciales aún están en desarrollo.
Las cadenas de confianza colocan una capa sobre los protocolos de Internet existentes que transforman Internet de un medio de comunicación no conectado a un medio de transacción confiable. Hacen que tratar con cualquier persona, en cualquier lugar y en cualquier momento sea más barato, más fácil y más seguro. Tecnologías como la inteligencia artificial, la cadena de bloques y la identidad digital están ayudando a esta transformación y ayudando a que las plataformas de software respondan mejor a la economía distribuida global.
Este es un gran desafío para los diferentes sistemas heredados: salarios, impuestos, fletes, tarifas, etc. – Adaptarse a una nueva plataforma digital única. En este nuevo sistema, el deterioro de la protección de datos personales y el creciente poder de los propietarios de los datos – empresas y agencias gubernamentales – son una seria preocupación. Para que funcionen estas cadenas de confianza, los datos deben ser más accesibles y estandarizados, pero también necesitan una protección adecuada. Las tecnologías como la inteligencia artificial unificada, los libros de contabilidad distribuidos, las alianzas legales abiertas y los modelos de negocio como el intercambio de datos pueden hacer esto posible. Pero también se requieren estándares de gestión y arquitectura para garantizar que se utilicen estas tecnologías.
Uno de los principales impulsores de la proliferación de plataformas de cadenas de confianza es que muchos países tienen prisa por emitir monedas digitales de bancos centrales que utilizan las mismas tecnologías de cadenas de confianza para facilitar los pagos y la recaudación de impuestos. Estos “dólares digitales” pueden hacer que el comercio y los pagos sean más baratos, además de dificultar el lavado de dinero y facilitar el seguimiento del fraude. Pero a menos que se construya con mucho cuidado, también le permite al gobierno ver todo lo que está comprando y limita lo que puede y no puede hacer con su dinero.
Estas monedas digitales están ganando terreno. Según un informe de 2021 del Banco de Pagos Internacionales, el 86 por ciento de los bancos centrales encuestados están analizando la posibilidad de emitir una moneda digital del banco central, y las primeras monedas de este tipo ya están operando en las Bahamas y Bermudas. Mientras tanto, China está realizando pruebas a gran escala del yuan digital.
Pentland argumenta que el poder de los EE. UU. Y la UE para establecer estándares internacionales se reducirá significativamente si la emisión digital de las monedas de otros países se convierte en los principales intermediarios para nuevas cadenas de plataformas comerciales confiables. Hoy, Estados Unidos y la Unión Europea controlan prácticamente todos los sistemas financieros del mundo, y su dominio es un arma poderosa en su arsenal geopolítico, que a menudo se utiliza para combatir el crimen, el comportamiento inmoral y la evasión fiscal.
Por lo tanto, las consecuencias geopolíticas de pasar a la criptomoneda podrían ser significativas. Es posible, por ejemplo, que nuevos bloques comerciales, como los países de la región de China y la Iniciativa de Carreteras, opten por no utilizar el dólar estadounidense digital o el euro como medio de pago. En cambio, pueden confiar en otras monedas digitales para evitar cumplir con las regulaciones de EE. UU. O de la Unión Europea.
Existe una necesidad urgente de desarrollar un nuevo sistema internacional para la gobernanza digital. La falta de cooperación entre los estados conlleva el riesgo de una “carrera de abajo hacia arriba”, ya que los estados compiten entre sí para aflojar las protecciones laborales y devaluar sus monedas, y los ciudadanos de los estados más pequeños son los que más sufren.
Un segundo. Al final de la Primera Guerra Mundial, el sistema financiero y comercial del mundo estaba en crisis y las principales potencias del mundo convocaron una reunión en Bretton Woods, que condujo a la creación de nuevas instituciones financieras internacionales y reglas monetarias. La situación actual exige la creación de un «Bretton Woods digital» para administrar y establecer estándares de privacidad, resolución de disputas, impuestos e investigación criminal. También es necesario garantizar la interoperabilidad entre los sistemas proporcionados por China, Singapur, Suiza y otros países.
Alex Pentland a mi Estos nuevos estándares deben tener como objetivo hacer que las plataformas digitales sean eficientes, seguras, interoperables e inclusivas. Un segundo. Sin embargo, a diferencia de los esfuerzos posteriores a la Segunda Guerra Mundial, esta coordinación también debe incluir estándares técnicos y gobernanza para todos los aspectos del comercio digital, impuestos, finanzas, privacidad y seguridad para construir una economía global estable e inclusiva.
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