Uno de Alemania en 1974 en la copa del mundo 35.000 espectadores en el Parkstadion de Gelsenkirchen presenciaron un extraño espectáculo. En el partido final del Grupo 2, A.J. Brasil – Zaire (Hoy República Democrática del Congo), en el minuto 78, con una ventaja de 2-0, los brasileños, campeones del mundo, se adjudicaron un tiro libre, a 25 metros de la portería de Zaire.
En ese momento, el jugador de la selección africana, Ilunga Mwebo, se salió corriendo de la línea y pateó el balón, que fue detenido por penalti.
Eso sí, el árbitro le sacó tarjeta amarilla a Ilunga, y el público pensó durante mucho tiempo que los zaireños no conocían muy bien las reglas del fútbol. Pero en realidad fue algo completamente diferente, la acción del futbolista africano estuvo impulsada por un verdadero miedo maligno, y en el fondo Surgió la política.
Joseph Desire Mobutu, el dictador del país centroafricano que se independizó de Bélgica hace apenas una década y media, amenazó a los integrantes de la selección si sufrían una dura derrota por al menos cuatro goles ante los brasileños. Entonces no se les permitirá volver a casa.
Al final, las payasadas de Ilunga resultaron ser una pérdida de tiempo, ya que los brasileños ganaron por «solo» tres goles, lo que les bastó para avanzar y para que los zaireños sobrevivieran.
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Foto de portada: Una escena interesante de la Copa del Mundo de 1974 (Fuente: Facebook)
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