Un tren construido a costa de Talco (Foto: Wikipedia)
El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) español lleva 18 meses analizando al candidato a comprador húngaro, por lo que la investigación comenzó mucho antes de que se presentara la oferta de compra húngara en marzo. Las relaciones entre el consorcio Gans-Mavac y el ruso Transmashholding resultaron especialmente problemáticas. El País escribe.
Como ya informamos en nuestro periódico, el gobierno español bloqueó la adquisición del fabricante de trenes Talco, controlado por Hungría. Este escudo protector fue creado para evitar que el capital extranjero acceda a empresas debilitadas por la pandemia y los efectos de la invasión rusa a Ucrania.
El ministro de Transportes español, Óscar Puente, ya vaticinó en marzo que el Gobierno haría todo lo posible para frenar la medida, pues temen los posibles vínculos de la empresa húngara con la Rusia de Putin y la extrema derecha. Entre otras cosas, el carácter estratégico y la tecnología crítica de Talco radica en su capacidad para fabricar trenes con ejes de ancho móvil, que permiten que los trenes de alta velocidad circulen en diferentes anchos y crucen fronteras entre países.
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