Según una investigación de científicos de Harvard, el embarazo tiene sus propias fluctuaciones en función de la edad biológica de la mujer. Según un informe publicado en la columna Cell Metabolism, soportar el embarazo sin diversas complicaciones es una prueba de estrés importante, porque bajo el peso de una tarea especial, el cuerpo de la mujer puede envejecer dos años en términos de su edad biológica. Sin embargo, después del nacimiento, cuando el bebé es amamantado, su edad biológica se recupera y puede parecer más joven que antes del embarazo.
En comparación con la edad cronológica, la edad biológica refleja el estado del cuerpo y normalmente puede calcularse a partir de los antecedentes genéticos y de salud, el estrés del cuerpo, la dieta y el estilo de vida, mediante un algoritmo matemático. Por ejemplo, si la edad biológica de un órgano es mayor que su edad cronológica, significa que ha experimentado más daño y desgaste durante un determinado periodo de tiempo.
Vadim Gladyshev, un colega de Harvard, recogió muestras de sangre de 68 mujeres embarazadas y las analizó en busca de cambios epigenéticos, de lo que concluyó que las células estaban envejeciendo. El núcleo del procedimiento es medir la metilación del ADN (la adición de un grupo metilo es un cambio epigenético que se acumula con el envejecimiento) que puede usarse para mostrar qué tan rápido envejecen ciertos tejidos.
Resulta que el estrés en el cuerpo era mayor en el tercer trimestre del embarazo, pero luego las cosas cambiaron por completo. Aunque su edad cronológica avanzó entre 1 y 2 años durante el embarazo, ya eran tres meses después del parto.
Parecían entre 3 y 8 años más jóvenes.
El efecto fue algo más leve en aquellas que tenían sobrepeso antes del embarazo y más fuerte en aquellas que amamantaron exclusivamente a sus hijos.
No nos malinterpretes
Kieran O'Donnell, quien investiga el mismo tema en la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale, destacó que lo verdaderamente sorprendente del hallazgo es que…
El envejecimiento humano no es lineal.
Al mismo tiempo, O'Donnell enfatizó que la regeneración que se puede medir a nivel celular no es tan sencilla como la regeneración según conceptos ordinarios. Y quizás lo más importante es que no sabemos qué impacto tendrá esto en la salud o la esperanza de vida en el futuro. O'Donnell continúa intentando encontrar respuestas a estas preguntas utilizando una muestra más amplia y diversa de sujetos de prueba.
La tarea de los investigadores estadounidenses se complica por el hecho de que la tasa de mortalidad de las mujeres que dan a luz es excepcionalmente alta en el caso de las personas de ascendencia africana y de los nativos americanos. Además de los problemas sociales que rodean este tema, también se llamó la atención sobre el hecho de que los resultados de ningún modo deben considerarse como una vergüenza para las personas con sobrepeso o como una campaña publicitaria sobre la lactancia materna con algún efecto rejuvenecedor. El objetivo general es promover cambios estructurales positivos y regulaciones que apoyen la salud de las madres y las generaciones futuras.
(Ciencias)
(Foto de cubierta: d3sign/Getty Images Hungría)
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