«No podemos esperar más a la decisión de Volkswagen», anunció Fiala en una rueda de prensa tras su reunión con el director general de Volkswagen, Oliver Blume. «Esto significa que nos centraremos en otros proyectos de producción de baterías en la República Checa», añadió el Primer Ministro.
El cambio de los fabricantes de automóviles nacionales a la movilidad eléctrica ha sido una prioridad estratégica para el gobierno de Fiala, ya que la industria del automóvil desempeña un papel importante en la economía de 300 mil millones de dólares del país como el mayor empleador y exportador. Por este motivo, la República Checa está negociando actualmente con cinco inversores potenciales la construcción de una fábrica de baterías, según informó el ministro de Industria y Comercio, Józef Sikela, que no quiso dar el nombre de las empresas implicadas.
Mientras tanto, Volkswagen y su filial PowerCo ya han seleccionado sitios para la producción de celdas de batería en Alemania, España y Canadá. Sin embargo, la decisión de detener los planes para ubicaciones adicionales, incluida la República Checa, se debe a las condiciones actuales del mercado, incluido el lento crecimiento del mercado europeo de vehículos eléctricos.
Blume, director general de Volkswagen, subrayó que en las circunstancias actuales no hay ningún motivo comercial para tomar decisiones sobre emplazamientos adicionales.
Hungría ya está por delante de la República Checa en términos de inversiones en la industria de las baterías. Según el gobierno, se espera que el país tenga 194 gigavatios-hora de capacidad de fabricación de baterías para 2027, lo que lo convertirá en el cuarto mayor del mundo después de China, Estados Unidos y Alemania.
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