La selección húngara jugó de manera brillante contra Rumanía, vigente campeona del mundo, en el Campeonato de Europa

La selección húngara superó muy bien los obstáculos en la Eurocopa, derrotando primero a los polacos por 3-1 y luego a los turcos por 2-0, asegurando el ascenso del equipo con una diferencia de goles de 5-1 y seis puntos.

Las dos selecciones nacionales lucharon duro
Foto: Viktor Waszko/OMFSZ

Contra Rumania, medallista de oro en el Campeonato Mundial, lo que estaba en juego era qué equipo terminaría primero y segundo en el grupo, por supuesto, además de que la clasificación, por supuesto, no podía subestimarse.

Después de la habitual reunión táctica previa al partido, la selección húngara viajó en autobús desde el hotel hasta el pabellón deportivo Mirza Delibasic, que sirve como sede del Campeonato de Europa. Miklos Barabas ocupó el vestuario antes del partido y, tras el calentamiento, el balón inició su recorrido a las 20:45.

Las dos aficiones en las gradas y los dos equipos en el campo se pelearon desde el primer minuto, lo primero, por supuesto, sólo en términos de volumen. Al inicio del partido ninguno de los equipos se atrevió a correr riesgos reales y la atención se centró más en la defensa, por lo que ninguno de los porteros tuvo que defender mucho. En el minuto seis, Gabor Kiss recibió una falta, pero los árbitros no vieron nada y permitieron un juego complicado. El panorama del partido no cambió mucho en la continuación, el equipo estaba equilibrado en el campo.

Después de más de diez minutos de juego, varios disparos peligrosos de los húngaros amenazaron la portería rumana, pero ninguno de ellos acabó en gol. Los rumanos no eran realmente peligrosos en ese momento y Bohunyi ni siquiera tuvo que defender, pero el portero húngaro jugó un papel importante en la preparación.

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En el minuto 19, Kiss falló un disparo que fue maravillosamente bloqueado por el portero rumano. El equipo de János Trencsényi jugó muy bien, dejando al rival asombrado.

Los rumanos intentaron arruinar el partido con faltas, recibiendo una serie de tarjetas amarillas. La primera parte no marcó ningún gol, por lo que la primera parte terminó con empate sin goles entre ambos equipos.

Mini fútbol, ​​húngaro, rumano
El equipo húngaro jugó bien
Foto: Viktor Waszko/OMFSZ

En la segunda parte, los rumanos intentaron frenar el juego, pasando sólo en su propio campo, sin mostrar mucho en ataque, y en ocasiones su portero intentó disparar desde larga distancia.

En el minuto 30, un tiro libre ejecutado por Csosanski casi acaba en la portería, pero finalmente rebotó fuera de la portería de Cuozo.

A partir de ahí, el ritmo del partido se aceleró y hubo buenas oportunidades para ambos equipos.

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