Tras un mal disparo y un mal deslizamiento, sólo pudo continuar por decisión del árbitro sueco.
La selección portuguesa de fútbol venció el viernes 1-0 a Eslovaquia en la clasificación europea y lidera con confianza su grupo. El único gol del partido lo marcó Bruno Fernandes en el minuto 43.
Al equipo local no le preocupa la derrota, sino que Cristiano Ronaldo, en su clara opinión, desperdicie la tarjeta roja.
Escocia y Portugal también se mantuvieron al 100 por ciento
En el minuto 62, el Clásico portugués, tras varias oportunidades desperdiciadas, falló el balón en un pase raso procedente del lado derecho, que rebotó hacia el portero Dubravka, que se abalanzó sobre él.
Sin embargo, Ronaldo saltó hacia el balón, y si no con la pierna completamente extendida, probablemente sin intención alguna, tocó la cabeza del portero. El árbitro sueco mostró la tarjeta amarilla al portugués, que inmediatamente pidió disculpas al portero, ante la protesta de los eslovacos.
A pesar de las demandas de los aficionados, Nyberg decidió que no era necesaria una revisión del VAR en relación con el incidente. De esta forma, los portugueses consiguieron poner fin a un encuentro muy tenso con once jugadores. Sin embargo, gracias a las tarjetas amarillas acumuladas, Ronaldo aún se verá obligado a perderse el próximo partido de clasificación contra Luxemburgo.
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