Una estrella de neutrones es un objeto en el universo que comprime dos masas solares de materia en una esfera de sólo 12 kilómetros de diámetro. Su gravedad superficial es tan fuerte que comprime átomos y moléculas en núcleos, convirtiendo los electrones en protones y neutrones.
Con esta enorme presión y densidad, podemos suponer que la superficie de las estrellas de neutrones es casi perfectamente lisa. Pero nos equivocaríamos, porque sabemos que las estrellas de neutrones también pueden tener montañas. El universo hoy.
Gracias a los púlsares sabemos que las estrellas de neutrones son geológicamente activas. Los poderosos campos magnéticos de las estrellas de neutrones pueden crear haces de radio que recorren el cielo con cada rotación. Cuando estos rayos se alinean en nuestra dirección, podemos ver pulsos de luz regulares.
¿»Terremoto» en una estrella de neutrones?
Estas pulsaciones son muy regulares y disminuyen gradualmente con el tiempo a medida que la estrella de neutrones pierde su energía de rotación. Sin embargo, a veces el púlsar «falla» y acelera ligeramente. Esto se debe al desplazamiento de la corteza estelar, lo que provoca un terremoto.
Como en la Tierra y otros mundos geológicamente activos, el ascenso y descenso de las montañas también se puede observar en las estrellas de neutrones. Sin embargo, la distribución y el tamaño de estas montañas depende de la estructura interna de las estrellas de neutrones, que aún no se comprende del todo. Aquí viene el papel de un nuevo estudio.
Los autores comienzan proponiendo que si una estrella de neutrones creara una montura u otra deformación axisimétrica, la rotación de la estrella de neutrones generaría ondas gravitacionales. Todavía no podemos detectar estas ondas gravitacionales, pero los observatorios futuros podrían hacerlo.
También señalan que el patrón de las ondas de gravedad estará determinado por la distribución y el tamaño de estas cadenas montañosas. Para tener una idea de cómo podría ser esto, los autores examinaron mundos que conocemos, como Mercurio y Encelado.
Mercurio, por ejemplo, tiene una capa delgada sobre un gran núcleo metálico y una superficie ranurada y fisurada. Es probable que esto se deba a la presión que se produce cuando el interior de Mercurio se enfría. Encelado, por otro lado, tiene una fina corteza de hielo sobre la capa del océano y sus montañas tienen un patrón de «rayas de tigre».
Otras lunas heladas, como Europa, también tienen líneas similares. Las cadenas montañosas de cada uno de estos mundos se forman por la interacción entre la corteza terrestre y el interior. Entonces la pregunta es si la corteza y el interior de una estrella de neutrones se comportan de manera similar a alguna de ellas.
Entre otras cosas, los investigadores descubrieron que si hay un alto grado de anisotropía en las características de la corteza de una estrella de neutrones, como es el caso de las cicatrices de Mercurio, las ondas gravitacionales que producen pueden poner un límite superior a la rotación de la estrella de neutrones. Velocidad. Aunque los autores se centran en este efecto, también señalan que la estructura de las estrellas de neutrones puede variar.
Algunos pueden tener superficies de corteza similares a Mercurio, mientras que otros pueden tener características similares a Europa o Encelado. De ser así, la observación de las ondas gravitacionales producidas por las estrellas de neutrones desempeñará un papel crucial para comprender su diversidad.
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