Cualquiera que haya seguido la Eurocopa de fútbol de las últimas semanas se habrá dado cuenta de que los jugadores españoles no cantan durante el himno nacional. No por algún incumplimiento patriótico, como hicieron los iraníes en el Mundial de hace dos años, ni porque teman que sus voces sean cojas, sino porque el himno nacional español no tiene letra.
Actualmente cuatro países tienen himnos oficiales sin letra: España, San Marino, Kosovo y Bosnia y Herzegovina a excepción de ellos. Hubo un tiempo en que los españoles cantaban durante su himno nacional, pero en los últimos 46 años, mayoritariamente cantan na-na-na-na-na-na-na-na-na-na-na-na-na-na -na-na.
Al himno nacional español se le puso música muy rápidamente y la Marcha Real se leyó impresa ya en 1761. Es cierto que la obra compuesta por Manuel de Espinosa todavía se llamaba La Marcha Grandara. En camino a convertirse en canción, esta melodía fue escrita por III. Fue iniciado por el rey Karolyi en 1770, quien lo declaró un homenaje que se debía tocar en presencia de la familia real, pero sólo en II. Durante el reinado de Isabel (1833-1868), la Marcha Real se convirtió en himno oficial. La melodía tal como la conocemos hoy se la debemos a Bartolomé Pérez Casas, compositor jefe de la Guardia Real Halbert, quien transcribió la música original en 1908, y luego en 1997 un real decreto creó la partitura oficial para la transcripción oficial de 52- de Francisco Gao. Segunda Sinfónica B.
En ocasiones se inventaron textos para esta canción, XIII. Durante el reinado de Alfonso (1902-1931) y luego durante el régimen nacionalista de Franco (1939-1975), se prepararon versiones del texto, pero nunca se hicieron oficiales, y desde 1978 el texto franquista ha sido abandonado.
La razón por la que resulta difícil escribir un texto aceptable para España se explica a menudo por la división racial del país. Las diferentes regiones tienen desde hace siglos una identidad muy fuerte -basta mencionar las aspiraciones independentistas de Cataluña que surgen de vez en cuando- y es difícil encontrar un denominador común, los habitantes que allí viven son principalmente vascos, gallegos o castellanos, su idioma también es ligeramente diferente, y solo entonces el español. Además, muchas regiones tienen sus propios himnos nacionales.
Sin embargo, en 2007, el Comité Olímpico Español consideró inadecuado que sus deportistas guardaran silencio en el podio. Así, licitó la composición del himno.. El concurso conmovió a mucha gente y se presentaron cerca de siete mil letras, que fueron juzgadas por un jurado formado por académicos y compositores. Creyeron haber encontrado un texto adecuado escrito por Paulino Gupelino, un madrileño en paro, y el cantante de ópera Plácido Domingo también ensayó para interpretarlo en la presentación oficial, pero no salió nada. El texto ganador se filtró e inmediatamente fue atacado.
La apertura «Viva España» recordó a muchos la época de Franco, pero en el texto también aparecían valles verdes y mares vastos, que no encajaban con la imagen típica española de sí mismos. Cupelino se esforzó tanto en no ofender a nadie que escribió un poema carente de imaginación. Carmen Calvo, ex ministra de Cultura del Gobierno socialista, también criticó el discurso: «Suena viejo, con expresiones completamente anticuadas, como si salieran de una canción del pasado».
Después de que el texto apareció en las páginas de noticias, los comentaristas lo menospreciaron, y el Comité Olímpico pareció desesperado de obtener quinientas mil firmas de apoyo, con las que podría regresar a la legislatura española para obtener el texto del himno.
Por supuesto, desde entonces se han hecho esfuerzos para que el himno nacional de España sea cantable sin tararear. En 2018, la cantante pop Marta Sánchez ideó su propia versión Uno de sus conciertos. Dividió tanto a los españoles que superaron la crisis catalana, según el entonces presidente del gobierno Mariano Rajoy, la iniciativa de Sánchez fue muy buena y la mayoría de los españoles pudieron sentirse representados según el texto. Calvo también se pronunció: «Nuestro himno nacional no tiene letra, eso es todo».
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