El ingenio humano se ha apoderado de la inteligencia artificial.
Sin duda, existe un gran potencial en el uso de la robótica y la inteligencia artificial con fines militares, y no es casualidad que la DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency) del Pentágono dedique importantes recursos a este tipo de investigación. Por ejemplo, uno de los robots de la agencia fue entrenado específicamente para reconocer e identificar a las personas, pero sus diseñadores no lo prepararon para lo que sucede cuando las personas actúan de forma no humana, es decir, tratando de burlarlas.
Paul Scharre, un veterano del ejército y exanalista del Pentágono, lanzará su libro sobre el tema, Four Battlegrounds: Power in the Age of Artificial Intelligence, al mercado el 28 de febrero, pero algunos detalles jugosos ya han aparecido en las redes sociales.
Una historia particularmente divertida compartida por Shashank Joshi, editor de The Economist, revela que DARPA probó el algoritmo de reconocimiento humano de un robot con Marines. Durante seis días, los infantes de marina y los ingenieros caminaron, teniendo que rodear al robot para que pudiera reconocer el movimiento humano. El séptimo día, los ingenieros colocaron el robot en medio de una rotonda y encargaron a los marines que se acercaran y lo tocaran sin que Hulk los detectara. Se podría pensar que después de seis días de entrenamiento, el robot de DARPA habría atrapado fácilmente a los mejores marines, pero los ocho completaron con éxito la tarea, incluso con trucos que no pueden engañar a un niño de jardín de infantes, pero una máquina sí.
Estos no son los marines que estás buscando. pic.twitter.com/qMwzJblQwp
Shashank Joshi (shashj) 18 de enero de 2023
Los dos dieron una voltereta y se acercaron al robot, que no podía hacer frente a su forma inusual de movimiento, y otro par se acercó sigilosamente, escondiéndose en una caja de cartón, tal como se puede engañar a los guardias en los juegos de Metal Gear Solid. Alguien sostenía un abeto frente a él, y como nadie le había dicho al robot que los Ents solo existían en las novelas de Tolkien, ignoró al árbol andante.
Por supuesto, todo esto no indica que el bot o el algoritmo sea inutilizable, solo limita sus capacidades en términos de los datos con los que trabaja. Y si, quedándonos con el presente ejemplo, no le enseñan que una persona sí puede dar una voltereta, no lo descubrirá por sí mismo.